miércoles, 5 de marzo de 2025

The Brutalist

 




Título original: The Brutalist
Titulo: The Brutalist
Año: 2024
Duración: 215 min
País: Estados Unidos
Dirección: Brady Corbet
Guion: Brady Corbet, Mona Fastvold
Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn
Género: Drama | Arquitectura. Inmigración. Años 50. Años 40. Años 60. Cine independiente USA
Sinopsis: Huyendo de la Europa de la posguerra, el visionario arquitecto László Toth llega a Estados Unidos para reconstruir su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet tras verse obligados a separarse durante la guerra a causa de los cambios de fronteras y regímenes. Solo y en un nuevo país totalmente desconocido para él, László se establece en Pensilvania, donde el adinerado y prominente empresario industrial Harrison Lee Van Buren reconoce su talento para la arquitectura. Pero amasar poder y forjarse un legado tiene su precio...


CRITICA


El tercer largometraje del estadounidense Brady Corbet, un director de grano fino y estilo novelesco versa sobre un hombre de origen húngaro baqueteado por la guerra y por su condición de judío, un brillante y provocativo arquitecto.Formado en la Bauhaus, László Toth llega a Estados Unidos para rehacer su vida, su obra y su matrimonio con su esposa Erzsébet, pues se han visto obligados a separarse durante la II Guerra Mundial, con motivo del Holocausto, las nuevas fronteras y regímenes. László se establece en Pensilvania.

No tarda en darse cuenta de que la fortuna, el poder y la fama cuestan mucho. Forjarse un legado tiene su precio. Ha venido a probar el sueño americano. Pero igualmente sentirá la dolorosa humillación de una bienvenida por momentos fría.Escrita por Corbet junto a su compañera y colaboradora Mona Fastvold, este filme contempla temas tan sustanciosos como la creatividad y el compromiso, la identidad judía, la originalidad arquitectónica, la experiencia de los inmigrantes y el largo peso del pasado.Tiene una duración de tres horas y media bastante movidas, con intermedio incluido. Esta película le ofrece a Adrien Brody su mejor papel en mucho tiempo, en el rol del genial arquitecto Tóth, llevado de la mano de un magnate rico, ansioso por llevar a cabo el proyecto de sus sueños.Brody acomete el papel de László con enorme inteligencia e intenso fuego interior, transmitiendo con fuerza los momentos de júbilo o de desgarradora tristeza.El comienzo es un László en un vagón de tren abarrotado, que dibuja la pesadilla por la que pasa. Acompaña una poderosa banda sonora de Daniel Blumberg, mientras en off se escuchan las cartas de la esposa Erzsébet (magnífica Felicity Jones), de quien se separó durante la posguerra en Hungría, junto con su sobrina Zsófia (muy bien Raffey Cassidy).Las escenas de llegada a Ellis Island son típicas de los dramas sobre inmigración. Maravillan los desconcertantes ángulos de la directora de fotografía Lol Crawley de la Estatua de la Libertad que hacen presagiar la euforia y el futuro incierto.László viaja a Pensilvania donde se encuentra con su primo Attila (Alessandro Nivola) y su rubia esposa Audrey (Emma Laird), ambos dueños de una mueblería. Pero no acabarán bien. Tras unos sucesos rocambolescos, nuestro protagonista se encarga de rediseñar la lúgubre biblioteca de la mansión de Harrison Lee Van Buren (excelente Guy Pearce), a la sazón de viaje. László contrata a Gordon (Isaach De Bankolé), un padre soltero negro como ayudante de construcción.A su regreso, Van Buren se enfurece al encontrar su casa revuelta y a “un hombre negro” en su propiedad, y despide iracundamente a los contratistas y se niega a pagar. Lászlo se ve obligado a hacer trabajos en la construcción para sobrevivir, usando opio para adormecer el dolor de sus heridas de guerra.




Pero Harrison reaparece con un ejemplar de la revista Look con fotografías que describen la biblioteca como un triunfo del diseño minimalista. El industrial tiene una carpeta con información sobre el arquitecto, incluidas fotos de notables edificios proto-brutalistas de antes de la guerra. László queda emocionado por la sorpresa.Una vez contratado, László es invitado por el magnate y acuerdan gestionar la repatriación de su esposa y sobrina, Erzsébet y Zsófia. Y es ahí cuando Harrison, subiendo a pie a una colina desde donde se puede ver todo Doylestown, decide que sea el protagonista quien se encargue de diseñar en ese lugar un gran centro comunitario. László se instala en una casa próxima mientras se lleva a cabo la construcción.Y llegan su esposa, en silla de ruedas por la guerra y el hambre, y la sobrina, muda por los horrores que vivió. Casi desde el principio, el proyecto soñado de László está plagado de dificultades, cada una de las cuales socava su sentido de control y su autoestima.También hay ciertas dificultades con su esposa quien le espeta que él “solo rinde culto en el altar de sí mismo”. Pero lo peor vendrá algún tiempo después cuando Harrison acompaña a László a las canteras de mármol en las montañas de Carrara.En un bello pasaje, Orazio (Salvatore Sansone), un amigo de antes de la guerra comparte sus profundos sentimientos sobre el mármol y el peso del milagro geológico, tanto en la historia europea como en la América fundacional. Una declaración conmovedora que precede a una brutal degradación de László a manos de Harrison.La medida puesta en escena, la cámara atenta a los detalles, evoca el aspecto de los Estados Unidos de mediados del pasado siglo, con una verosimilitud de época que parece viva.

Película de las grandes, que cierra con un epílogo resonante que ilustra cómo el arte y la belleza surgen del pasado y trascendiendo el tiempo, para revelar una libertad de pensamiento e identidad a menudo negada a sus creadores.Corbet ha conseguido una obra colosal, rodada en Vistavisión, y todo ese colosalismo se ve reflejado en la arquitectura vemos durante la obra. Más que una película, estamos ante un templo expiatorio de enormes proporciones cinematográficas, que ejerce la fuerza de un torrente.


Lo mejor: Adrien Brody.
Lo peor:   El último tercio de la película se hace demasiado pesada y larga.


NOTA: 4/5