miércoles, 25 de octubre de 2023

La caída de la casa Usher

 



Título original: The Fall of the House of Usher
Titulo: La caída de la casa Usher
Año: 2023
Duración: 60 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Mike Flanagan (Creador), Michael Fimognari, Mike Flanagan
Guion: Mike Flanagan, Justina Ireland, Rebecca Klingel, Dani Parker, Kiele Sanchez, Jamie Flanagan, Emmy Grinwis, Mat Johnson. Historia: Edgar Allan Poe
Reparto: Bruce Greenwood, Carla Guinino, Mary McDonell, Mark Hanill, Kate Siegel
Música: The Newton Brothers
Fotografía: Michael Fimognari
Género: Serie de TV. Fantástico. Terror | Sobrenatural. Miniserie de TV
Sinopsis: Un narrador anónimo se acerca a la casa de Usher en un "día aburrido, oscuro y silencioso". Esta casa, propiedad de su amigo de la infancia, Roderick Usher, es sombría y misteriosa. 

CRITICA

Mike Flanagan es uno de los nombres del momento en lo que respecta al género del terror. A mí me encandiló y atrapó con su fabulosa La maldición de Hill House, una de las mejores series que ha parido Netflix en su historia. El problema es que luego me perdió con las soporíferas La maldición de Bly Manor y El club de la medianoche, esta última un fracaso de la plataforma. Obviamente, ni me he atrevido con su Misa de Medianoche.


No obstante, me he lanzado a la piscina con su última serie para Netflix, La caída de la casa Usher, adaptación libre de los relatos de Edgar Allan Poe, y que se ha estrenado en vísperas de Halloween dispuesta a arrasar con todo y ser el broche final a la carrera de Flanagan en la plataforma, porque ha firmado con Amazon. Es posible que en un futuro vuelva por la puerta grande a la plataforma roja, porque después de ver las críticas y recepción del público de la casa Usher, estoy seguro de que Netflix se está tirando de los pelos por dejarle marchar.

Pues bien, hecha la presentación, ¿qué me ha parecido esta miniserie de ocho episodios? Pues no creo que sea la maravilla que están vociferando algunos (que parece que no hayan visto una serie en su vida), pero sí creo que es un buen regreso del mejor Flanagan, ese que nos enseñó que se puede aterrorizar, entretener y emocionar a partes iguales con su Hill House, y que aquí vuelve a dar un golpe sobre la mesa, aunque lejos de los aciertos de aquella. Y es que Hill House sigue siendo su obra magna, y estoy seguro de que lo será por el resto de sus días, con una casa Usher que cumple en casi todos sus propósitos, pero que tampoco destaca, más allá de ser la segunda mejor producción del señor Flanagan. Y es que no todo funciona en una propuesta de terror que da casi todo lo prometido, volviendo a entretener, pero quizás no emocionando tanto, y con unos sustos que ya no sorprenden, porque el de Hill House fue tan mítico, que es irrepetible, aunque se noten los esfuerzos por replicarlo. No cuela.

Pocos reproches se le pueden encontrar a la dirección, cortesía de Flanagan en algunos episodios, con una factura técnica que da lo que se espera hoy en día de un producto televisivo tan ambicioso, que no es otra cosa que una estética cinematográfica, y cumple con creces en sus propósitos. Se nota el presupuesto y cuidado en el diseño de producción, dotando de elegancia a una producción que la demandaba a gritos. Quizás los efectos visuales sean algo mejorables, uno de los grandes males de las producciones de hoy en día, pero deja la sensación al espectador de que se han hecho las cosas bien, con un maquillaje sensacional, y unos planos espléndidos.

Antes de adentrarme en el guion, me pararé en el reparto, con un elenco de actores sobresaliente, ya que todos y cada uno de ellos están espectaculares, algunos mejores que otros, como pasa en las mejores familias, pero sin que ninguno de ellos desentone o no de lo mejor de sí mismo. Todos son viejos conocidos de las producciones de Flanagan, destacando a una magnética Carla Gugino, que siempre está bien esta mujer, una inquietante Mary McDonnell, que parece que ha hecho un pacto con el diablo, un enigmático Mark Hamill, pidiendo a gritos una serie para él mismo, un genial Henry Thomas haciendo de un perfecto imbécil, y lo digo como un cumplido, o el gran protagonista, Bruce Greenwood.

Me detendré en el bueno de Bruce, un actor que siempre ha sido el eterno secundario, siendo esté el papel de su vida, y ofreciendo una actuación magistral. Como curiosidad, se contrató en primera instancia a Frank Langella para su papel, pero por conductas indebidas en el rodaje, se le despidió cuando gran parte de sus escenas habían sido grabadas, siendo sustituido por un habitual de Flanagan, el señor Greenwood. Un hecho lamentable, pero que le ha dado la oportunidad al estupendo y veterano actor lograr el personaje por el que será recordado. Curioso.

Y una vez se ha dejado claro que la dirección y el reparto son prácticamente impecables, toca adentrarse en la historia, siendo toda una proeza que se saquen una miniserie de la manga en base a un relato corto de Poe, cogiendo otros relatos para representar y escenificar las muertes de algunos de sus protagonistas, una por episodio, siendo una loca idea que funciona a las mil maravillas.




El problema es que la serie quiere ser demasiadas cosas, siendo una propuesta de terror que a ratos prefiere ser un thriller de traiciones y enfrentamientos familiares, y que también quiere emocionar al espectador a toda costa en no pocos momentos, algo impensable al presentar a algunos de los personajes más indeseables de los últimos años. Es imposible empatizar con casi ninguno de ellos, aunque las intenciones de Flanagan sean repetir los buenos resultados de Hill House, cosa que jamás va a suceder porque esa familia sí caía bien, y ésta no. Así de sencillo.

Por otro lado, la serie presenta un estilo gótico y clásico que no acaba de cuajar con una serie de elementos modernos metidos con calzador, alejándola de los relatos de corte más añejo, siendo una producción que quiere recordar a las historias de Poe, pero al mismo tiempo contentar a la generación Tik Tok, como si no se conformase con un target. Y es que, en su afán de contentar a todo el mundo, se han perdido por el camino. Flanagan ha ido de listo, porque quizás no todos los espectadores salgan satisfechos de la experiencia, estupefactos ante como han abordado algunos aspectos. Y es que esa mezcla de estilos e intenciones no le sienta nada bien. O una cosa, o la otra, que esto no es la nueva serie del sobrevalorado Ryan Murphy, aunque a ratos lo parezca. Por otro lado, se obceca en ser una crítica nada sutil a las farmacéuticas, las grandes empresas y los ricos, siendo demasiada obvia en sus ataques, al buscar desesperadamente el aplauso del público al presentar a una familia detestable y que se merece lo que le pase. El día que vea una producción, ya sea película o serie, en la que los ricos sean los buenos, me quitaré el sombrero, porque estamos recibiendo tal avalancha de productos que van a lo fácil, que no es otra cosa que lanzar dardos a los poderosos, que se está convirtiendo en un subgénero en sí mismo, uno que ya agota porque siempre es lo mismo. Ya aburre…

Sí, los ricos son los malos, me ha quedado claro, pero no ayuda si me lo remarcas cada dos líneas de dialogo, y lo de que uno de los personajes femeninos remarque que los hombres son idiotas y lo peor cada vez que abre la boca, mejor lo dejamos, que esto lo han escrito hombres, introduciendo esas ruborizantes frases con intenciones claras, para luego representar a casi todas las protagonistas femeninas como auténticas arpías. (Supuestamente) Inclusivo, pero no mucho…

Dicho esto, la serie tiene grandes momentos y fascinantes diálogos, casi todos cortesía de los actores más veteranos, por no hablar de unos personajes que te atrapan, siendo una lástima que algunos nos dejen antes de tiempo, aunque esas sean las reglas del juego, en un conjunto cargado de mala baba y que acierta al introducir pequeñas dosis humor.

En conclusión, la Casa Usher es una buena miniserie, que quizás peque de irregular en no pocos momentos, pero que tiene los suficientes alicientes como para recomendarla. No es la mejor serie del año, ni tan siquiera de los últimos años, pero nos recuerda que Flanagan es capaz de entretener y de no dormir a las ovejas, en un producto cuidado y que también nos recuerda que Netflix, muy de vez en cuando, también ofrece buenas propuestas. Van a echar de menos al bueno de Mike, porque esto ha sido otro éxito. En fin, ya saben lo que dicen… vuelve a casa, vuelve. Aunque espero que no sea a la Usher, porque menudo tinglado se llevan estos malnacidos… Esperando a la próxima de Flanagan, que ya era hora de que volviese por la puerta grande, leñe.


Lo mejor: Los dialogos y la adaptacion de los relatos de Poe.
Lo peor:   Algunas de las subtramas iniciales, que no aportan nada a la historia.


NOTA: 4,5/5