Título original: Fair Play
Titulo: Juego limpio
Año: 2023
Duración: 113 minutos
País: Estados Unidos
Dirección: Chloe Domont
Guion: Chloe Domont
Reparto: Phoebe Deynor, Alden Ehreinch, Eddie Marsan, Rich Sommer
Música: Brian McOmber
Fotografía: Menno Mans
Género: Thriller. Drama | Thriller psicológico. Bolsa & Negocios. Trabajo/empleo
Sinopsis: Recién comprometidos, Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich), una próspera pareja de Nueva York, no se cansan el uno del otro. Cuando surge un codiciado ascenso en su despiadada empresa financiera, los intercambios de apoyo entre los amantes comienzan a agriarse hasta convertirse en algo más siniestro. A medida que la dinámica de poder cambia irrevocablemente en su relación, Luke y Emily deben enfrentarse al verdadero precio del éxito y a los desconcertantes límites de la ambición.
CRITICA
La película comienza buceando en uno de los aspectos psicológicos clave en la viabilidad de cualquier relación de pareja: la idea que tenemos de nosotros mismos comparada con nuestra pareja, si somos más, menos o igual que el otro. Con el cambio de roles en nuestra sociedad moderna no son pocas las parejas que trabajan en el mismo ámbito y se enfrentan a ese dilema, ¿quien es mejor que quien? Y parece claro que el hombre lleva peor el sentirse menos que su pareja, sobre todo cuando eso ocurre durante la relación y se tiene que cambiar, a la baja, la percepción que se tenía de uno mismo.
Apoyado en un buen guion y en la excelente interpretación de la pareja protagonista, ese aspecto está muy bien tratado en la mayor parte de la cinta, tanto en sus diálogos como en las situaciones intimas o profesionales a las que se ven expuestos. Nos muestra con acierto y profundidad como esos cambios afectan a toda la relación de la pareja, vida sexual incluida, exponiendo con acierto como remueven lo más profundo de tu ser, resultando todo más que interesante.
Ahora bien, ya cerca del final parece que todo se le va un poco de las manos, precipitando en los personajes reacciones un poco extremas, lo que le resta mucho valor. Se vuelve más ideológica, más feminista, presentándonos a las mujeres como heroínas con talento frente a hombres zafios, ambiciosos y cobardes. Ellas se equivocan por amor y ellos por ambición, por soberbia. Tampoco ayuda el hecho de que el resto de personajes secundarios estén muy mal dibujados, incluido el personaje interpretado por el casi siempre más que correcto Eddie Marsan, todos redomados machistas que no paran de llamar "puta", directa o indirectamente, a la protagonista. Peca un poco la cinta de un marcado feminismo conforme al cual todos los hombres son un dechado de defectos con los que tiene que lidiar la mujer hoy en día. Tampoco la madre de la protagonista queda muy bien parada, supone un lastre más que una ayuda para la mujer moderna.
En definitiva, la película es interesante y está bien hecha, con un planteamiento muy sutil. Eso sí, al final se descuida la historia y sus personajes en aras de un mensaje ideológico de marcado carácter feminista. Y ahí pierde bastante y, además, se empequeñece el retrato, en principio correcto y más que plausible, que dimanaba de la situación laboral a la que se ven expuestos los protagonistas.
Lo mejor: Phoebe Deynor.
Lo peor: El climax final.
NOTA: 3/5