jueves, 28 de julio de 2022

Silent Nigth

 



Título original: Silent Nigth
Titulo: Silent Nigth
Año: 2021
Duración: 90 min
País: Reino Unido
Dirección: Camille Griffin
Guión: Camille Griffin
Música: Lorne Balfe
Fotografía: Sam Renton
Reparto: Keira Knightley, Matthew Goode, Roman Griffin Davis, Annabelle Wallis, Kirby Howell-Baptiste, Lucy Punch, Lily-Rose Depp, Rufus Jones, Holly Aird, Sope Dirisu, Davida McKenzie, Dora Davis, Gilby Griffin Davis, Hardy Griffin Davis
Productora: Marv Films, Maven Screen Media
Género: Comedia. Drama | Comedia negra. Navidad. Fin del mundo
Sinopsis: Mientras el mundo se enfrenta al apocalipsis, un grupo de viejos amigos se reúne para celebrar la Navidad en una idílica casa de campo en Reino Unido. Incomodados por la idea de la inevitable destrucción de la humanidad, deciden afrontar la situación con tranquilidad, abriendo otra botella de Prosecco y continuando con la celebración… Pero, por mucho que quieran fingir normalidad, tarde o temprano, tendrán que hacer frente a la idea de que es su última noche.


CRITICA


En el cine el tema del fin de mundo siempre ha sido algo recurrente en cuanto a fantástico se refiere. Muchos son los films que han abordado el tema desde diferentes perspectivas, desde distopías apocalípticas y llenas de acción tipo "Mad Max" de George Miller a otras mucho más íntimas y psicológicas como "Melancolía" de Lars von Trier.

El film que nos ocupa bebe directamente del film protagonizado por Kristen Dunst, pues apuesta por un relato mucho más sosegado en cuanto a efectos y pirotecnia, pero intenso en cuanto a su carga psíquica. Ambas cintas nos muestra a un grupo reducido de personas que deben hacer frente a las últimas horas de su existencia ante una inminente catástrofe natural, donde saldrán a relucir miserias y reflexiones existenciales. Otra influencia directa es "La invitación" de Karyn Kusama, que aún alejándose de tono y mensaje, si mantiene la misma forma al utilizar esa atmósfera enrarecida y opresiva que va asfixiando a los personajes a medida que avanza el metraje.

El principal problema de la película de Griffin es su indecisión genérica, es decir, el director oscila por varios tonos sin decantarse por ninguno de ellos, haciendo de su narración un vaivén emocional que no llega ser congruente con sus pretensiones. Durante la presentación de los personaje, se adopta aires de comedia negra, con los actores potenciando su vis cómica en los diálogos para pasar, una vez desenmascarada su trama, al drama más desaforado y existencialista, algo que subraya su estridente y pastelosa banda sonora. Es precisamente esta dualidad la que descoloca al espectador que no sabe si se trata de una broma con matices de seriedad o un chiste sin gracia que se toma demasiado en serio a sí mismo. Por suerte, tenemos a un gran elenco de actores que afrontan con dignidad unas interpretaciones que en otras manos estarían llenas de estridencias y sobreactuación, manteniendo un duro pulso con esos diálogos oportunistas y grandilocuentes que no llevan a ninguna parte. No le hubiera sentado nada mal dejar atrás su lado más lacrimógeno y potenciar esa cara más gamberra y desfasada que pedía a gritos su trama. Además, para los más escépticos con la situación actual, el subtexto del film incluye una crítica tan obvia como sangrante a la gestión gubernamental de cierta pandemia que asola nuestros días. En otras palabras, aquellos que comulguen con las ideas más negacionistas aquí encontrarán alicientes suficientes como para reforzar sus teorías.

Lo mejor: Su planteamiento, apoyado por unos actores comedidos y consecuentes.
Lo peor: Sus idas y venidas temáticas. ¿Es un dramón? ¿Una comedia ácida sobre las relaciones familiares? ¿Una crítica social? ¿Todo a la vez?


NOTA: 3/5