"Anatomía de un Escandalo", es la nueva serie de la televisión británica que Netflix, estreno el pasado 15 de abril, sobre un tema de candente actualidad, una miniserie que combina el culebron como buena serie británica, con el movimiento #MeeToo, tan en boga en los últimos años. Está miniserie, nos habla sobre el escarnio público, la culpa, y el sensacionalismos de la prensa. Creada por S.J. Clark, y basada en la novela del mismo titulo, cuenta con un reparto de lujo, quizás lo mejor de la serie, pero ni su reparto, pueden salvar está serie, que hace aguas por todos los lados.
Pese a su reparto, un tema de lo más interesante, y unos escenarios londinenses más que magníficos. "Anatomía de un Escándalo", no va más allá, de un culebrón o una película larga de esas que las ves, echándote la siesta una domingo por la tarde. Una serie que triunfa en la plataforma, pero cuyo resultado final deja mucho que desear. La serie mezcla temas, tan diferentes entre si, como la política, el drama y el thriller judicial. Mezclándolos todos, en un sin ton, ni son, que no llega a nada. Anatomía de un escándalo está protagonizada, verdaderamente, por Sienna Miller. Ella da vida a la mujer de un ministro británico (Rupert Friend) que ha tenido una relación extramatrimonial. Hasta ahí, todo más o menos normal: cuernos, exposición pública, falsas promesas, dolor, tristeza, llanto, más falsas promesas y algo de perdón.
Pero la trama, no se queda aquí, y el drama sigue, ya que el político acusado, en si, es nada más y nada menos que el mejor amigo del primer ministro inglés, un hombre que pese a su posición, no tiene un pasado demasiado claro, y mucho menos alejado de los escándalos. El cajón, ya está abierto, y los escándalos están empezando a salpicar a la elite inglesa. Pero desafortunadamente, nada de todo esto, hacen de está serie, una buena serie, ni ya buena, ni entretenida, ya que dese su primer minuto, del primer de sus capítulos, esta se hace pesada, y aburrida. Es más, produce un desasosiego, y un agobio más que otra cosa, es más un museo de perversiones, que una crítica a la sociedad, la política y la prensa.
Si hay algo, que destaca de la serie, si hay un personaje fascinante ese es sin, duda el de Sophie, con una magnifica Sienna Miller, que es arrolladora. Su lucha consigo misma, con su marido, su lucha por salvar a su familia, y contra todos que quieren desemeruzar, su vida es brutal. Sin embargo, S.J. Clarkson pone el foco en el escándalo que da nombre al título en lugar de las víctimas que deja por el camino.
Otro de los elementos, destacables de está serie es su bella factura, y el estilo con el que está hecho, la fotografía, los escenarios y como no, el impecable vestuario. Pero nada, ni todo esto consiguen salvar, está serie, ya que no llega ni mucho menos, a profundizar en ninguno de los personajes, quedándose en una historia vacía y sin vida. Que la serie ha sido, un triunfo en la plataforma, es verdad, y el motivo, es que es un culebrón perfecto para marotonear, en una fría y lluviosa tarde de primavera. Dura poco, tiene buenos actores, y como ya he dicho antes, el vestuario y los escenarios molan bastante. Sin duda, está serie no va a ser, la serie del mes, ni del año ni va a ser recordada, pero eso, si puedes verla si no tienes nada más que hacer.
Lo peor: No pasa de ser un culebrón, que no aprovecha su tema principal, y es una verdadera pena.
