jueves, 9 de enero de 2025

Cónclave

 





Título original: Conclave
Titulo: Conclave
Año: 2024
Duración: 115 minutos
País: Reino Unido
Dirección: Edward Berger
Guion: Peter Straughan. Novela: Robert Harris
Reparto: Ralph Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini
Género: Drama. Thriller. Intriga | Religión. Clero
Sinopsis: Tras la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence es designado como responsable para liderar uno de los rituales más secretos y antiguos del mundo: la elección de un nuevo Papa. Cuando los líderes más poderosos de la Iglesia Católica se reúnen en los salones del Vaticano, Lawrence se ve atrapado dentro de una compleja conspiración a la vez que descubre un secreto que podría sacudir los cimientos de la Iglesia. 


CRITICA

Edward Berger luego de su exitosa "Sin novedad en el frente" nos sumerge a las cloacas más profundas de las ambiciones humanas de poder dentro de la religión y como contexto, uno de los rituales más históricos y más ocultos del mundo como lo es la elección de un papa en la iglesia católica, tiene características que la hacen enorme al igual que la gran seguridad del director para llevar a cabo el proyecto y aportarle su mano con una gran precisión y serenidad, no sabiendo personalmente acerca del monto con que el que contado su presupuesto, Cónclave tiene pinta de tanque en el que al menos se estará seguro que, le han exprimido cada centavo que se le puesto a su favor independientemente de si ha contado con mucho o con poco dinero.

La capacidad para componer un ambiente turbio, de intriga y suspense a cada centímetro de su recorrido es realmente incontestable, soberbia formación de un elemento que la acompaña desde el principio hasta el mismísimo final, hecho por el cual sumerge al espectador instantáneamente en ella y lo mantiene en vilo durante sus dos horas de duración, impide que quitemos la vista de su relato por si quiera un minuto, ya que nos exige estar pendientes de cualquier cosa que suceda en ella para evitar que nos perdamos que algo de mucho valor para su concepto, y es que precisamos estar alerta ante cada plano, cada nota musical que desprende tensión, ante cada gesto de sus personajes.

La dirección de Berger es totalmente bestial, sabe lo que quiere contar, posee los elementos y los explota al máximo para sacarles el mejor potencial a todo lo que adorna su historia, resulta impecable el tratado de suspenso e incertidumbre que va tejiendo a cada instante, es destacable como con determinados recortes de edición nos priva de nutrirnos con información necesaria que luego le servirá para ir aumentando esa bola de nieve constante, lo mismo la efectiva utilización de distintos idiomas que van intercambiándose constantemente, jugueteando con el inglés como base con toques de italiano y momentos de español, lo cual aprovecha pequeños huecos lingüísticos para también hacernos saber que allí oculta información de vital importancia para generar un vinculo de conspiración en un contexto de una maquinaria que se muestra cada vez más turbia.





Su puesta en escena es intimidante de lo pulcra, de lo limpia y cuidada que se ve, un diseño de producción destacadísimo desde sus locaciones, los vestuarios, la combinación de colores y elementos decorativos resultan un combo que brilla de principio a fin, una fotografía preciosa a cargo de Stéphane Fontaine que le dan cierta dinámica y energía de sospechas constantes, esa aura de recelo ante cada plano que a pesar de encontrar en la casa de Dios, se ve plasmada esa negatividad espiritual del pecado de los hombres que impregna cada escena y cada rincón de ese lugar en donde la desconfianza empieza a tomar lugar en cada fotograma arrojado por el director de fotografía francés.

La actuaciones son potentes aunque corren armoniosamente detrás de un destacado Ralph Fiennes, quien poco a poco empieza a sacar ventaja por sobre sus secundarios con un rango actoral con tintes flemáticos que va en aumento de temperatura, en este caso en particular quedan relegados un poco hacia un costado Stanley Tucci e Isabella Rossellini de quienes esperaba más protagonismo, pero en cambio la estructura que se le otorga a su protagonista le sirve de sostén para colorear a un hombre que se encuentra entre la espada y la pared de sus convicciones, creencias y dudas de fé, viéndose envuelto en ese entorno sucio que le hace replantear el mundo religioso al cual ha elegido para su vida.

Cónclave es un mundo de ambiciones, poder y desconfianza, muestra el pecado del hombre que pone en jaque a la iglesia de Dios, una atmósfera en la que los personajes y nosotros nos veremos obligados a observar para todos lados y hasta tener ojos en la espalda, una maquina de complot que se va acrecentando en cada componente suyo, en cada mirada y gesto de sus personajes, en cada nota musical y en cada rincón de sus planos, el director alemán nos muestra lo que quiere y de igual manera nos oculta lo que necesita para ir estructurando un aire impuro y deshonesto donde más que reinar el creador, reina el libre albedrio y el pecado codicioso de los hombres encargados de llevar su palabra aunque por debajo de la mesa se practique el hacer lo que ellos dicen, pero no lo que ellos hacen.


Lo mejor: Ralph Fiennes y Stanley Tucci.
Lo peor:   Su ultima media hora.


NOTA: 4/5