viernes, 9 de agosto de 2024

El último late night

 


Título original: Late Night with the Devil
Titulo: El último late night
Año: 2023
Duración: 93 min
País: Australia
Dirección: Cameron Cairnes, Colin Cairnes
Guion: Cameron Cairnes, Colin Cairnes
Reparto: David Dastmalchian, Laura Gordon, Ian Bliss, Fayssal Bazzi .
Género:  Terror | Años 70. Posesiones / Exorcismos. Televisión. Metraje encontrado
Sinopsis: En la noche de Halloween de 1977, el caos se desata cuando el presentador Jack Delroy entrevista a una parapsicóloga y a una joven adolescente que es la única superviviente de una matanza masiva en una iglesia satánica. 


CRITICA

Los hermanos Cairnes dirigen la retransmisión en directo de un programa de variedades nocturno o late night, como se le denomina en el mundo anglosajón. Tomando como referencia el found footage, El último late night se nutre de la verosimilitud para crear el contraste entre lo real y lo sobrenatural. La película está ambientada en el 1977, al margen de un programa llamado Night Owls with Jack Delroy. En él, el presentador Jack Delroy (David Dastmalchian) intenta sacar a flote su proyecto personal y televisivo. Para ello, apuesta por la emisión de un especial de Halloween donde compartirán escenario un psíquico, una parapsicóloga, una adolescente a caballo entre la posesión y el trauma y un ex mago de lo más escéptico.


Dastmalchian, con su intimidante mirada de ojos abiertos, encarna a la perfección al prototipo de presentador que podríamos imaginar para este tipo de shows. Ya era hora de verle en un papel protagonista. Él, junto a Ingrid Torelli en el rol de la niña, proporcionan las actuaciones más destacables. La dualidad entre inocencia y maldad en Torelli es palpable y dota a El último late night de un regustillo incómodo, perverso. No se puede saber con certeza qué es real y qué no. Este ambiente extraño se ve exacerbado por la comunión entre terror y humor, que además potencia una tensión construida de manera progresiva y muy efectiva.

La estética es intrínsecamente setentera. Tanto en los tonos descoloridos y el granulado de la imagen como en la ecualización del sonido, con una tesitura menos nítida a la que acostumbramos, o en la rusticidad de los efectos prácticos. Además, tanto planos como encuadres y movimientos de cámara reman al mismo compás que la época representada. De esta manera, es muy sencillo entrar en el universo planteado en El último late night ya que realmente parece un late night auténtico.

Aunque el filme bebe de otras obras como la inigualable Ghostwatch (Lesley Manning, 1992), hay dos situaciones en las que esta verdad se dispersa y queda claro que estamos ante una ficción. Es el caso del inicio, con una secuencia de montaje que explica toda la historia de Jack Delroy y su programa. Y también el de lo sucedido durante los cortes publicitarios, donde la imagen pasa a ser en blanco y negro, probablemente para marcar la diferencia entre lo que ocurre mientras la cámara graba y lo que pasa tras ella.

En películas del estilo de metraje encontrado, uno de los grandes propulsores del terror es la incertidumbre. Aquí parece que los directores no han dejado mucho espacio para jugar con ella. Obligarnos a desechar la idea de que realmente estamos frente a un episodio perdido de un programa de televisión nocturno compromete la inmersión y la voluntad de credibilidad que propone la premisa y que sí se construye a lo largo del resto de escenas en directo. Es cierto que, de esta manera, la película es más digerible. Pero se ha conseguido a costa de sacrificar las formas tradicionales.

Desde la secuencia inicial se pone de manifiesto la necesidad de éxito de Delroy tras la mala racha que está atravesando. El presentador, consecuentemente, busca realizar el programa que propulsione su carrera. De este modo, presiona al límite a sus invitados y continúa con un show que, moralmente, debería haber cortado su emisión al primer problema surgido. El último late night juega con diferentes niveles de maldad. En una primera instancia está la maldad connatural a la figura del diablo. La película está ambientada en los años en los que comienza el llamado satanic panic. Aunque no se hace referencia directa a ello, esta epidemia moral arrasó en los Estados Unidos y fue potenciada precisamente por los programas de entrevistas. En Night Owls with Jack Delroy una de las invitadas es una parapsicóloga que ha escrito un libro basado en su acompañante, la adolescente Lilly D'abo. La niña pertenecía a un culto satánico y, tras el ritual suicida al que ella sobrevive, se supone que ha sido poseída por el demonio.

Pero más allá de este terror más visual se encuentra la crítica a una industria también muy cruel, la de la televisión. Se deja entrever a qué está dispuesto cada uno por alcanzar la fama, el dinero, la notoriedad, las visualizaciones y la credibilidad pública. El último late night combina terror y humor en la emisión de un programa nocturno donde las cosas, evidentemente, salen mal. Aunque por momentos rompe sus propias reglas y elimina abruptamente la sensación de veracidad,tiene imágenes creadas con inteligencia artificial, aunque sean un par de gráficos. Donde funciona, lo hace de manera excelente. La construcción del horror escala progresivamente hasta explotar en una catártica secuencia final donde no se escatima en sangre ni violencia. Un visionado muy disfrutable.


Lo mejor: La ambientación setentera. 
Lo peor:   La estructura narrativa.



NOTA: 4/5