Título original: The Wonder
Titulo: El prodigio
Año: 2022
Duración: 108 min
País: Irlanda
Dirección: Sebastián Lelio
Guion: Alice Birch, Sebastián Lelio. Novela: Emma Donoghue
Música: Mathew Herbert
Fotografía: Ari Wegner
Reparto: Florence Pugh, Tom Burke, Kíla Lord Cassidy, Niamh Algar, Ciarán Hinds, Toby Jones, Elaine Cassidy, Brian F. O'Byrne, David Wilmot, Dermot Crowley, Josie Walker, Mary Murray, Abigail Coburn, Caolan Byrne, Niamh Finlay, John Burke
Género: Drama. Thriller | Siglo XIX. Vida rural
Sinopsis: Región irlandesa de las Midlands, 1862. Una niña deja de comer pero permanece milagrosamente viva y en buen estado. La enfermera inglesa Lib Wright es llevada a un pequeño pueblo para observar a Anna O'Donnell, de once años. Abundantes turistas y peregrinos se reúnen para contemplar a la niña que, según se dice, ha sobrevivido sin comer durante meses. ¿Acaso alberga el pueblo a una santa que "sobrevive con el maná del cielo" o existen motivos más siniestros?
CRITICA
Se está hablando mucho de que El prodigio es la mejor película de Sebastián Lelio. No lo es.
Y no lo es porque es mucho decir, teniendo en cuenta que estamos hablando de alguien que ha dirigido la multipremiada Una mujer fantástica y, sobre todo, la extraordinaria y casi magistral Disobedience.
Y el principal problema de El prodigio es que deja con ganas de más. O, más bien, deja la sensación de que podría haber sido mucho más, mucho mejor. El ritmo es poco ágil, el comienzo y el final son algo extraños y la tramas secundarias no aportan verdaderamente nada. Concretamente, la relación entre Lib y William no tiene mucho sentido dentro de la historia y sólo sirve para desviar la atención de lo que de verdad importa, que es la historia de Anna. Pero, sobre todo, queda la impresión de que podríamos haber estado hablando de una película que podría aspirar a todo, a todos los ránkings de lo mejor del año y todos los premios, y sin embargo se queda completamente a medias. No es suficientemente ambiciosa y no pone toda la carne en el asador.
Sin embargo, queda de manifiesto una vez más el talento de Sebastián Lelio tras la cámara, su capacidad para adaptarse a todo tipo de historias, y la poesía que desprenden las imágenes, de una belleza casi de museo. El tono, además, es muy acertado. Inquieta, desasosiega, y tiene un cierto aire casi de terror que consigue plenamente que el espectador se mantenga en vilo y que desde el principio sospeche que, efectivamente, tras esta imagen angelical de la chica prodigiosa que, aparentemente, cuatro meses sin comer se esconde algo mucho más oscuro y perturbador. Y, sobre todo, la película tiene dos interpretaciones (a la cabeza de un equipo de secundarios entre los que están, poca broma, Elaine Cassidy, Toby Jones o Ciarán Hinds) que están muy, pero muy por encima de la calidad general de la película, por desgracia, pero que son suficientes para justificar el visionado de la película, junto con las otras virtudes ya comentadas previamente. Por un lado, está Florence Pugh, una actriz con la que empiezan a agotarse los calificativos, en una nueva demostración de talento abrumador y de una presencia en la pantalla que hipnotiza. Es una de esas actrices que hacen fácil el difícil arte de la interpretación, y además una todoterreno, a la que no se le resiste ningún género ni personaje (ver cuando Lib se reúne con el consejo para contar lo que, según ella, está ocurriendo con la niña). Una actuación, de nuevo, sencillamente impresionante de la Amy March de Mujercitas. A su lado, y aguantando el tipo y el plano de forma sensacional (cosa nada fácil cuando se tiene enfrente a Florence Pugh), está la debutante Kíla Lord Cassidy. Sí, sí, han leído bien: debutante. Es su primera película, y su segunda experiencia global delante de una cámara, cosa que resulta impresionante, teniendo en cuenta la sensibilidad, aplomo y carisma que aporta, y esa mirada totalmente abrasiva que tiene (ver cuando Anna cuenta, por fin, a Lib lo que hay detrás de su ayuno).
En definitiva, una película correcta, inquietante, profunda, bellísima en lo visual, pero con capacidad para haber sido más, mucho más. En todos los aspectos.
Lo mejor: Florence Pugh y Kíla Lord Cassidy, extraordinarias ambas, la realización de Lelio y la belleza visual de cada plano.
Lo peor: Las tramas secundarias no funcionan bien, y la sensación general es de que podría haber sido más redonda.
NOTA: 2/5