CRITICA
La que iba a ser una de las protagonistas, Geneviève Bujold, había roto su contrato porque se sentía asediada tanto por el productor como por el estudio, lo cual originó todo un revuelo que se subsanó con el paso de los años. El caso es que, aunque no fuera como su predecesora, “María, reina de Escocia” resultó un buen film, consiguiendo la mitad de nominaciones que la anterior producción, cinco. Vanessa Redgrave se llevó una nominación por su trabajo, mientras que su compañera, otro animal de la interpretación, Glenda Jackson fue nominada por otra, “Domingo, maldito domingo”, un título polémico de los setenta que le aportó un Bafta. Ese mismo año, Jackson también rueda “Elizabeth R”, una notable miniserie con una de las mejores composiciones que se hayan hecho jamás sobre Elizabeth I de Inglaterra y que pocas podrán igualar.
Me llama la atención que ahora, con esta “nueva” versión de “María, reina de Escocia”, nadie haya señalado que se trate de una especie de “remake” pero de peor calidad. Las comparaciones suelen ser odiosas, pero en este caso, nada más que por la ambientación del film de Jarrott, la música o por supuesto la interpretación de esas dos fieras que son Jackson- Redgrave, más vale , con el fin de dejar lo mejor parada posible esta versión de Josie Rourke, relegar a un segundo plano todo lo dicho hasta ahora.
A mí el cine histórico me gusta, sobre todo porque en hay historias reales (me refiero no ya a que sean concernientes a la realeza, sino a que existieron) y que cuentan con toda clase de ingredientes como para entretener al más incrédulo. Si se narran con acierto y profesionalidad, creo que son clases de Historia que nos ayudan a comprender mejor el presente. Pero el caso de “María, reina de Escocia” es dramático. He intentado convencerme tanto de su utilidad como de que sus aciertos parciales podrían hacer de ella un film meramente pasable. Pero no.
Podrá sumarse este título a la larga lista de películas históricas que pueden resultar un plomo y que vista una vez no creo que nadie tenga mucho interés en volver a revisar, dándole a entender a más de un espectador que esta clase de género es un coñazo, y que por supuesto no es así. El que haya conseguido un par de nominaciones para los Oscars (mejor vestuario y mejor maquillaje/ peluquería) es signo de que a los académicos tampoco ha convencido. Para otros premios sí han tenido en cuenta a Margot Robbie, como mejor secundaria por su papel de Isabel I, y ese desliz sí ha sido más grave, ya que para los “Oscars” sí hubiera sido justa su nominación, pero se nota que el efecto del huracán “Roma” de Cuarón le quitó esa posibilidad. Para su compañera Saoirse Ronan, a pesar de su buen hacer, este año no quedaba hueco para que optara a mejor actriz principal. Nada que objetar al apartado de maquillaje y peluquería que son excelentes, así como al vestuario de Alexandra Byrne, que no parte como favorita, sino la gran Sandy Powell con su doble nominación. En el breve spoiler aclararé otra de las cosas que me han gustado de la película, pero también haciendo mención a su sonido poco más me ha llamado la atención.
En su contra está, por ejemplo, su dirección. Se nota que es inexperta y, como directora que proviene del teatro, hay momentos en que descansa toda la responsabilidad en una “puesta en escena” en la que no hay objetividad, sin aprovechar los recursos cinematográficos, fijándose solamente en sus diálogos y en sus actores, sin llegar a imprimir nervio en ocasiones que podía haberlo hecho. Es de una corrección gélida. En cuanto su fotografía, abusa de “humitos” para que la luz que inunda espacios sombríos no deslumbre, estando más acertada en exteriores, gracias a bonitos paisajes. La música sigue una corriente habitual: a falta de compositores que hagan piezas contundentes, se recurre a un estilo musical que, muy lejanamente nos evoca a Nyman, Mertens o Glass, con el fin de que no huela demasiado a alcanfor. Y ese es una de los problemas también, que exceptuando varias escenas de exteriores, nos falta frío, humedad, solemnidad y tenebrismo. Para mí su casting es casi un cachondeo y de lo más desafortunado.
Con ese afán de incluir a todas las razas posibles, para que cuando vayan al cine no noten “racismo”, se ha incluido a actores negros, o con aspecto oriental o latinos... esto es un despropósito, mucho más en un film “de época”. Y esto es lo que queda, una buena historia, nada aprovechada, que podrá servir de ilustración o de cierto entretenimiento para los menos exigentes, pero que por desgracia
Lo peor: Las batallas, desmerecen el enfrentamiento entre las dos primas.
NOTA: 2/5