El artifice de esta gigantesca sorpresa ha sido Will Gluck, cineasta curtido en la materia con las recomendables 'Rumores y mentiras' y 'Con derecho a roce', y que ha vuelto a optar por equilibrar la balanza hacia el lado menos ñoño y más pasado de rosca sin olvidarse en ningún momento de insuflar al conjunto una buena dosis de corazón. El resultado no es otro que una firme candidata a terminar el curso cinematográfico como una de las grandes feel good movies de un 2024 que acaba de comenzar.
Para conseguir esto, da la sensación de que Gluck se haya aferrado con firmeza a una premisa muy clara: ir de frente y no tratar hacer aparentar a su trabajo algo que no es. Aquí hemos venido a ponernos ñoños, a reír a carcajadas y a enamorarnos de su magnética pareja protagonista para, una vez concluye la —desternillante— secuencia de créditos final, abandonar la sala con una sonrisa de oreja a oreja que se ha mantenido durante toda la proyección; y en lo que a esto respecta, 'Cualquiera menos tú' es un éxito absoluto.
Huelga decir que la película no inventa nada nuevo ni subvierte el subgénero de modo alguno. Después de su acertado prólogo y de que sitúe todas las piezas sobre el tablero, con exes, familias entrometidas y traumas sin resolver incluidos, es tremendamente sencillo, casi matemático, predecid lo que va a ocurrir en su tercer acto. No obstante, esto queda en segundo término gracias a ese alma y gran motor que es su colección de personajes, no exenta de excentricidades y que lleva el relato en volandas sin estancarse en ningún momento.
Como era de esperar, por encima de su fantástico plantel de secundarios, —algunos mucho más desdibujados que otros, todo sea dicho—, es la pareja protagonista compuesta por Sydney Sweeney y Glen Powell la que roba todos los focos de la función y la inmensa mayoría de escenas en las que participan. El dúo tiene ese aura de estrellas que requieren los productos de este corte derrochando carisma, belleza, química y transmitiendo una sensación de haberlo pasado en grande que termina trascendiendo a la pantalla para contagiarse en el patio de butacas. 'Cualquiera menos tú' no es perfecta bajo ningún concepto, y deja algún que otro elemento por pulir como la entrada y salida de secundarios por conveniencia de la trama o una colección de clichés habituales a los que, tal vez, podría haberse dado una vuelta de tuerca. Pero estas minucias terminan quedando sepultadas por la colección de gags con alguna que otra salvajada subida de tono incluida, el romance a flor de piel y un buen rollo cada vez más difícil de ver en la gran pantalla. Y es que, el última instancia, el cine —y la crítica, por correlación—, no dejan de ser una cuestión de sensaciones; y si nos basamos estrictamente en ellas, 'Cualquiera menos tú' no merece ser calificada de otro modo que no sea como un triunfo sin matices.
Lo peor: Lo secundarios.